La Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos (GAO) incluyó la contaminación del agua como una prioridad urgente para el Congreso y la administración de Donald Trump. En un informe reciente, se señaló que plantas de tratamiento en Nogales, Arizona, y South Bay, California, reciben aguas residuales de México con bacterias, metales pesados y sedimentos, lo que representa riesgos para la salud pública y el medio ambiente en ambos países.

El informe destacó problemas de infraestructura en las plantas de tratamiento, como el envejecimiento de equipos y el crecimiento poblacional que sobrepasa su capacidad. En Nogales, Sonora, industrias de enchapado vierten metales pesados al sistema de alcantarillado, mientras que en Tijuana, la falta de infraestructura de alcantarillado contribuye al problema. La GAO recomendó que el Congreso ordene medidas integrales, incluyendo financiamiento, para resolver estas problemáticas.

El impacto de estas deficiencias afecta a comunidades fronterizas en Arizona y California, aumentando la presión para que ambos países trabajen en soluciones conjuntas.